EL REGALO: MI HIJA LESBIANA
by Fabiola Restrepo, tatiana de la tierra’s mom
This was originally published in Spanish as “El regalo” in 1992 in the latina lesbian magazine esto no tiene nombre. We share it in la Bloga to celebrate gays, lesbians and transgender people throughout the world, with respect and love for all.
Mother’s Day passed and left me thinking about the mothers and daughters who didn’t celebrate it. I think of the mother who let intolerance close her heart in pain and of the daughter who suffers from the rejection. I know the wall this mother builds is made of silence and fear and answers that are not accepted or searched for from within. I know this wall will separate her from her daughter to the end.
When my daughter’s umbilical cord was cut I was fortunate to understand that it was merely a physical separation and that what would unite us later, stronger than a band of fleshy fibers, would be love, mutual respect, understanding, and acceptance. When I found out that my daughter was a lesbian I felt confusion and pain. I knew this was more than a word or a way of life. I knew how hard society is against this group of people. I knew they were discriminated against and even persecuted at times. I knew this because these attitudes are the ones that I had felt toward homosexuals all my life.
My first step was acceptance. I didn’t think of trying to change her or offering to take her to a psychologist. I know my daughter well. When she chooses a path it is because she is convinced that it possesses her truth.
Little by little, without much desire but with great curiosity, I began to learn, to try to understand what it means to be a homosexual. I’ve only known my daughter’s lesbian world. She is a feminist who embraces woman-related issues, including history, submission, and subjugation. She even fights for women’s rights, including the right to abort, which I don’t agree with.
She was one of the editors of the latina lesbian magazines esto no tiene nombre and conmoción (published in Miami, 1990-1996). Her articles were controversial. She is atrevida, daring in the choice of her material. I don’t like some of the things she writes about, like sadomasochism. But I admire her style of writing. And I like her way of delving into irreverent themes, as she does in the poem “The Day I Learned to Pray” and her poem about women with beards. She even lets her own facial hair grow without shaving or bleaching it, which is something that people, including me, don’t like to see or read about.
In other words, we have differences between us, some of them deep. I am Christian, and she is pagan. She doesn’t accept God or Jesus. For me, Christianity is more than a belief. I live my religion. For me, a mother’s love is like God’s love, unconditional above all. I am proud of her and everything she has accomplished in her life, of what she is as a woman and as a person. She had the courage to step forward when many, out of fear, have stayed in the closet, and through esto no tiene nombre and conmoción she supported her community.
My daughter was born on an early Sunday on Mother’s Day and God knows why she was given to me on such a special day. Since then I’ve been given fine, luxurious gifts, but none of them have ever equaled her.
EL REGALO: MI HIJA LESBIANA
Este comentario fue publicado originalmente en 1992 en esto no tiene nombre, revista de lesbianas latinas. Lo compartimos en la Bloga para celebrar las vidas de los gays, las lesbianas y l@s transgénero que andan en todo el mundo, con respeto y amor para tod@s.
por Fabiola Restrepo, la mamá de tatiana de la tierra
El día de las madres ya pasó, pero me quedé pensando en las madres y las hijas que no lo celebraron: en la madre a quien la intolerancia selló su corazón con dolor y en la hija que sufre por el rechazo, la falta de comprensión. Y yo sé bien que mientras esa madre busca dentro de sí misma la respuesta, o no quiere aceptar la verdad, y se consume en silencio, por temor o tal vez por el qué dirán, va construyendo una muralla que la separa de su hija al final.
Yo tuve la suerte de comprender que cuando le cortaron a mi hija el cordón umbilical nos habían separado físicamente, y que lo que nos uniría después, más fuerte que un pedazo de tripa, sería el amor, el respeto mutuo, la comprensión, la aceptación. Cuando me enteré que mi hija era lesbiana, sentí confusión y dolor; pero sabía que esto era más que una palabra o un sistema de vida. Conocía la dureza de la sociedad ante este grupo de personas, la discriminación y hasta la persecución en algunos casos. Esto es algo que había yo misma pensado y sentido hacia los homosexuals toda mi vida.
Mi primer paso fue aceptar. No pensé en tratar de cambiarla no ofrecerle llevarla al sicólogo, etc. Al fin de cuentas, bien la conozco y sé que cuando ella ha decidido un camino o encontrado una causa es porque está convencida y es para ella poseedora de la verdad.
Poco a poco, sin muchas ganas, pero con mucha curiosidad, empecé a aprender, a tratar de entender lo que hay detrás, lo que significa ser homosexual. En mi caso he visto sólo el grupo de lesbianas y quizás lo que sé de ellas es el ambiente donde mi hija se desenvuelve; ella es feminista porque abarca toda la problemática de la mujer, desde la historia, la sumisión, la subyugación, hasta la lucha por los derechos, incluso algunos en los que profundamente diferimos como es el aborto.
Ella fue parte de la editorial de esto no tiene nombre, revista de lesbianas Latinas (1990-1995) y sus temas fueron controvertidos. Para mi es bien atrevida al exponerlos, y algunos como el sadomasoquismo, no es que me gusten. Pero lo que sí admiro es su estilo de escribir, la forma de meterse en temas irreverentes como el poema “El día que aprendí a rezar,” el poema de las mujeres con barbas, y aún más, atreverse a dejar sus pelos en la cara sin afeitar o teñir, cosa que la gente (incluyéndome a mí) no le gust aver ni leer al respecto.
En otras palabras, entre nosotras hay diferencias, algunas muy profundas. Yo soy cristiana y ella es pagana. No acepta o reconoce a Dios y mucho menos a Jesús. Para mí el cristianismo no es sólo una creencia sino una vivencia; yo vivo mi religión. Sin embargo, para mí el amor de madre es como el amor de Dios, incondicional, y eso prevalece sobre todo. Yo estoy orgullosa de ella y todo lo que ha logrado en su vida, de lo que es como mujer y como persona. Ella tuvo el valor de dar el paso adelante cuando muchas, por el temor, se han quedado en el “closet” y por medio de la revista esto no tiene nombre le dió apoyo e incentivo a la comunidad.
Mi hija nació tempranito un domingo día de la madre y Dios sabía por qué me la dio en un día tan especial. Desde entonces me han obsequiado regales finos, lindos y lujosos, pero no ha habido ninguno que la pueda igualar.
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ReplyDeleteaplausos para la tatimami...
ReplyDeleteTatiana is an incredible woman and is no surprise since she has an incredible mom.
ReplyDeleteWow! i love you, Tatiana's mother! Tatiana is so lucky to have you. your acceptance has touched me. i authored a novel for teens precisely about Latina mothers' ingrained homophobia. how i wish all Latina lesbians' mothers were like you. millions of Latino and black kids have been kicked out of the house by intolerant parents and are homeless. if we had more mothers like you, they'd all have a home.
ReplyDeleteun fuerte abrazo for you and Tatiana...
Mayra (aka: Mayra Lazara Dole)