El escritor peruano Jaime Bayly concluye su popular trilogía
"Morirás mañana" con "Escupirán sobre mi tumba", una novela
llena de ironías y personajes esperpénticos que encontrarán la muerte a manos
del infame escritor asesino Javier Garcés.
En la primera entrega, "El escritor sale a matar",
conocimos a Garcés, un escritor famoso de literatura de segunda, a quien le han
diagnosticado un tumor cerebral. Con pocos meses de vida, Garcés se propone dedicar el tiempo
que le queda a asesinar a sus enemigos, entre los cuales figuran críticos,
editores, periodistas, gente de la farándula, incluso ex-amantes, todos seres
que merecen la muerte por haber agraviado en algún momento al autor
ensimismado. Si bien al principio matar era cuestión de venganza, ya para
la tercera entrega, se le ha convertido en vicio, algo que el cuerpo le pide,
aunque no indiscriminadamente, sino por agravios menores.
Cada novela de la trilogía se enfoca en una gran capital
suramericana: la primera en su natal Lima, "El misterio de Alma Rossi"
en Santiago y esta última está ambientada en Buenos Aires, ciudad que Bayly
retrata magistralmente, cicatrices y todo. Garcés ha pasado largas temporadas en Buenos Aires, ciudad
que ama hasta expresar que considera un error de sus padres o del destino que
no hubiera nacido allí. Desde su departamento del barrio de San Isidro, lugar que
solía visitar brevemente en sus tiempos de mayor fama, Garcés nos describe las
peculiaridades de la vida porteña en algunos de los pasajes más logrados de
esta agitada novela.
Desde primer momento Garcés expone la lista de víctimas: la
dueña de una librería, un periodista de radio y televisión, el dueño de un
restaurante, un actor egocéntrico y vano y el vecino casi desconocido del piso
de arriba. Con lujo de detalles, el escritor describe las razones que
le han ganado a cada cual su destino. Entre las más notables se encuentran las de la librera, Lola
Repetto, quien pasó de feliz promotora y amante ocasional de Garcés a odiarlo
con ferocidad después de que él se negara a corresponderle sus avances, y el
vanidoso dueño del restaurante, quien lo invitara a una cena literaria y le
adjudicara la cuenta de todos los comensales. El más memorable, sin embargo, resulta el del vecino de
arriba, a quien Garcés apenas ha conocido, pero a quien detesta ferozmente por
hacer demasiado ruido arrastrando cosas y con ataques de tos y flatulencias a
las horas más inesperadas. Mientras los crímenes van tomando forma, Garcés recibe
noticias de que la mujer que había dado por muerta en la entrega anterior, su
amante Alma Rossi, está en un coma dando leves pero consistentes señales de
vida.
La novela parece tener todos los elementos de una gran
intriga al estilo de Stieg Larsson -quien supuestamente inspiró la trilogía-,
aunque, sin embargo, no es el suspenso lo que mueve la acción. "Escupirán" se lee de un tirón, no en base a los mecanismos de
la trama, sino al humor irreverente de Bayly, que aligera la narración y sazona
el diálogo. Es un humor que, como sabrán los aficionados a su obra, se
deleita en el tabú, lo políticamente incorrecto y lo grotesco, y aunque se
proponga divertir y no ofender, de seguro no serán pocos los lectores a quienes
ofenda. El humor y la ironía del relato tapan con éxito las
carencias de la trama, y sus observaciones marginales -como el capítulo que le
dedica al carácter argentino- resultan más memorables que el argumento de la
novela.
(ESCUPIRÁN SOBRE MI TUMBA. Jaime Bayly. 3 Morirás mañana.
Alfaguara. 209 páginas).
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