Cuenta conmigo es una
colección de ensayos autobiográficos sobre el poder transformador de la amistad
entre mujeres y los lazos que las unen.
Publicado a principios de mes en traducción al español, el
libro presenta doce historias inspiradoras sobre el apoyo, comprensión y
asesoría que se ofrecen las mujeres en sus amistades íntimas.
El libro reúne ensayos de 11 escritoras y 1 escritor, todos
latinos, historias que ilustran el rol esencial de la amistad entre mujeres.
La idea del libro surgió tras el éxito de "Las comadrespara las Américas", organización sin fines de lucro que desde el año 2000
ha servido como punto de reunión para mujeres latinas en distintas ciudades de
EE.UU.
Según las fundadoras, lo que surgió en Austin, Texas, hace
12 años como una reunión informal de latinas se ha convertido en una
organización que abarca casi todo el país, ofreciéndole a la mujer latina un
lugar donde discutir temas como educación, empleo, cultura y demás.
Nora de Hoyos Comstock, fundadora y directora ejecutiva de
las Comadres, describe en el prólogo el bienestar físico, emocional y
espiritual que ofrece la amistad entre mujeres.
"Estas amistades pueden traernos paz, satisfacer los
vacíos emotivos de nuestras relaciones románticas y ayudarnos a recordar lo que
tenemos en lo más hondo de nosotras mismas".
A medida que la mujer va pasando por las distintas etapas de
la vida, como estudiante, profesional, madre, esposa, el tiempo que solía
dedicarle a la amistad con otras mujeres suele limitarse.
Sin embargo, aclara de Hoyos, estas amistades proveen una
importante fuente de energía que se transmite de mujer a mujer.
"A pesar de nuestras recargadas agendas, como mujeres
necesitamos un espacio para descansar durante el que podamos sostener
conversaciones profundas como las que tenemos cuando nos reunimos con otras
mujeres", escribe.
Sin ese espacio, advierte, la mujer se debilita.
Además de las tertulias regulares, llamadas
"comadrazos", la lectura compartida entre comadres ha sido un
vehículo importante para la discusión de temas de peso en la comunidad.
"Un viaje a través de las palabras de un escritor y
otras experiencias similares pueden ofrecer la mejor conexión con otro ser
humano", explica de Hoyos.
Las comadres promueven la lectura en general y el trabajo de
escritores latinos en particular.
"Queremos que la mezcla de lecturas incluya el trabajo
de escritores latinos", dijo.
Y en efecto, Las comadres se ha convertido en un importante
portavoz de la literatura latina en EE.UU.
Fue así que junto a la escritora puertorriqueña Esmeralda
Santiago, de Hoyos refinó la idea de reunir en un volumen historias de
escritoras latinas sobre la amistad.
Santiago misma contribuye la historia inicial de la
colección, "Las comais", sobre el recuerdo de las amigas que
acompañaron a su madre en momentos difíciles de su vida Puerto Rico durante la
década del 50.
Entre ellos describe la hora del parto, en referencia a uno
de los significados de "comadre", cuando las amigas de su madre
tomaron las riendas como enfermeras, parteras y niñeras para ayudar a su amiga
en ese momento de gozo y dolor.
En su ensayo "Mi maestra, mi amiga", Reyna Grande
relata la amistad transformadora que le ofrece una maestra quien no solo la
encamina para que curse estudios universitarios, sino también le ofrece un
lugar donde vivir a salvo de la inestabilidad y el abuso de su casa.
Por su parte, Fabiola Santiago describe en "Cartas de
Cuba" una amistad de infancia que supera las barreras del exilio,
alimentándose de cartas en la era antes de las comunicaciones electrónicas.
Uno de los ensayos más conmovedores es "Todos los días
de su vida" de Carolina de Robertis, donde cuenta la amistad que la unió a
una compañera de estudios de escritura que padecía de cáncer.
Tras la muerte de su amiga, de Robertis adopta el manuscrito
de la novela de su compañera y lo cuida como si fuera un hijo que le ha dejado
a su cargo.
Otras historias giran en torno a la comida, como
"Lecciones de cocina" de Daisy Fuentes", los estudios, el
trabajo y el compadrazgo, este último tema a cargo del novelista Luis Alberto
Urrea, el único hombre que figura en la colección.
"Decidimos incluir a Urrea porque los compadres son una
parte muy importante de nuestra experiencia", aclaró de Hoyos.
"Muchos hombres han contribuido a construir nuestra
organización y han sido una enorme fuente de apoyo", dijo.
(CUENTA CONMIGO. Adriana López, ed. Atria. 304 páginas).
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