CORTA LA PIEL, Una ficción dentro de una ficción
por Justine Temeyissa Patale
Corta la piel / It Pierces
the Skin
de Xánath Caraza
Traducido al inglés por
Sandra Kingery
Prólogo por María Esther Quintana
Millamoto
(FlowerSong Press, 2020)
La historia inicia con la voz de una de las Violetas, dos
personajes misteriosos con el mismo nombre. En efecto Violeta es un personaje
que funciona con dos facetas y existe entre dos mundos. Corta la piel es una obra ambientada en una diégesis que pone al
lector frente a una doble narración. La primera se enfoca en una protagonista,
llamada violeta, que vive en “la más profunda de las soledades” en Nueva York,
una “ciudad
maldita, llena de puentes metálicos, donde
la soledad, ha descubierto, se siente más profundamente.”
La segunda diégesis está centrada en la vida de otra protagonista también
llamada Violeta. La primera violeta mediante sus escritos relata las peripecias
de su niñez en El Salvador durante la guerra. Dicho de otro modo, el segundo
mundo ficticio, es
donde encontramos el personaje ficticio creado por violeta la protagonista
principal. En realidad, en este mundo imaginario, el personaje Violeta se
vuelve en una narradora homodiegética presentando el panorama de la vida de
violeta.
En uno de los relatos,
Violeta, la narradora, expone con un tono melancólico recuerdos nostálgicos
sobre la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Así, Violeta la narradora toma una postura de narrador
testigo cuya voz es el canal de expresión de los sentimientos profundos de los
desaparecidos y de sus parientes. De hecho la presencia de una enunciadora
explícita traduce la implicación emocional de la narradora en la historia
contada. Mejor dicho mediante su voz narradora, Violeta la narradora se vuelve
en narradora autodiegética y esto se materializa en el enunciado siguiente “soy estudiante normalista, soy
el 43”. Para la narradora, el más profundo dolor se percibe en el hecho de que “No
hay cuerpos que abrazar” para exceptuar lo fatal.
Como personajes
evocados tenemos, Golda, Benjamín, los estudiantes desaparecidos, los abuelos de Violeta, los
padres de Violeta, los soldados en El Salvador... Al mismo tiempo, en los
relatos, se nota una utilización intensa de elementos de la naturaleza tales
como los ríos, los árboles, la luna, el sol, las estrellas, las hojas, el viento…
La presencia de estos elementos cósmicos marca una comunicación con lo
medioambiental.
La temática central de esta obra es la dolorosa y
profunda soledad. Además, mediante los recuerdos de las dos protagonistas, los
relatos presentan un recorrido histórico, geográfico y social que le confiere
un valor un tanto documental a la obra. Como temas secundarios, Corta la piel pone en relieve los temas
de la muerte, de la guerra, del amor, de la amistad, de la violencia, del dolor
y de la esperanza.
Corta la piel llega a una conclusión desoladora donde las dos protagonistas están frente a su realidad, el dolor que causa la soledad. Realidad en la que muere la esperanza poco a poco, como lo descubrimos al leer “Gotea la sangre en las hojas blancas. El papel la absorbe mientras se expande”.
Justine Temeyissa Patale es poeta y docente de la enseñanza secundaria de Camerún. Justine tiene
una maestría en Estudios Hispánicos y es Doctoranda de la Universidad de Maroua
(Camerún).
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