El macrocosmos y microcosmos del dolor en la poesía y narrativa de Caraza
Bloguera invitada, María Esther Quintana Millamoto, Ph.D.
María
Esther Quintana Millamoto is an associate professor of Hispanic studies at
Texas A&M University. A native of Chihuahua, Mexico, she came to the United
States to pursue a Master’s and PhD at the University of California, Berkeley. Her book Los pícaros,
bufones y cronistas de Maluco: La novela de los descubridores was published by Linardi y Risso in
Montevideo, Uruguay, in 2008. Quintana’s second book, entitled Madres e hijas melancólicas en seis novelas étnicas de crecimiento de
autoras latinas, was published in 2014 by Instituto Benjamin Franklin and University of
Alcalá, in Madrid, Spain. She has also published critical essays in
refereed journals in Mexico, Cuba, Spain, and the United States. Her teaching
fields are Hispanic literatures, U.S. Latino literature/culture, women’s studies,
Latin American culture, and the Spanish language. She is currently working on
her third book focusing on the interconnections among familism, marianismo and relational autonomy in
contemporary novels by Latina Authors.
Recientemente tuve la fortuna de visitar el Departamento
de Estudios Hispanos de la Universidad de Tejas A&M. Hoy, queridos lectores de La Bloga, les comparto
una parte del texto que la Doctora María Esther Quintana preparó para mi
presentación de poesía y lo acompaño de algunas fotografías que el Doctor José P.
Villalobos hizo durante la lectura.
“Dentro de la diversidad de temas de los poemas y
cuentos de Xánath Caraza—la naturaleza, la poesía, el amor—subyace un impulso
en común: la solidaridad con el sufrimiento humano, así como la denuncia de la
violencia y la injusticia hacia aquellos cuyo estatus inmigratorio, de género, de
clase social, o de ideología política los convierte en blanco de
persecución. Por ejemplo, en el poemario
Lágrima Roja, los poemas se
convierten en cruces clavadas en la memoria colectiva para conmemorar a las cientos
de mujeres desaparecidas en Veracruz desde finales de los setenta, así como de
los miles de cuerpos femeninos sacrificados en todo el mundo. Por tanto los
poemas, en oposición a lo que propone Julia Kristeva como estrategia para la resolución
del duelo, es decir, el reemplazo de la madre muerta mediante el lenguaje
poético; los poemas dan testimonio de la pervivencia del recuerdo de estas
mujeres en la psique de la autora y por extensión en la del lector. Si Xánath
se refiere al macrocosmos del dolor de grupos sociales como los indocumentados,
o los disidentes políticos torturados en Latinoamérica, también enfoca el
microcosmos del sufrimiento en cuentos como “Corta la piel” donde la
protagonista, distraída con la noticia de la cancelación del “Temporary
Protected Status” para los centroamericanos, y de sus propios recuerdos en El
Salvador, se corta los dedos con las aspas de la licuadora.
Pero si la poesía es para Caraza un medio de denuncia,
lo es también de placer estético, como se expresa en el poemario bilingüe Tinta Negra/Blanck Ink donde el yo lírico invoca cada día la poesía
como si se tratara de un amante elusivo al que hay que conquistar todos los
días, como ha observado Octavio Quintanilla;
la poesía, entonces, no es, para Caraza, producto de la inspiración, aun
cuando confiese que invoca en ocasiones el duende de García Lorca, sino de la
perseverancia y disciplina del ejercicio diario.
En breve, la poesía de Caraza es el producto de su
compromiso estético y social, síntesis que ha dado poetas gigantes en la lengua
española como Pablo Neruda, César Vallejo, Manuel Machado y Miguel Hernández,
para nombrar a unos pocos.”
Fotografías por José Pablo Villalobos.
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