Por Xánath Caraza
La ciudad de Florencia, en la Toscana italiana, es
principalmente conocida por haber sido la cuna del Renacimiento, donde una
serie de condiciones, políticas, económicas y artísticas, entre otras, coincidieron
y ayudaron a desarrollar lo que conocemos y entendemos como tal. Mas Florencia, además de ser una de las
ciudades más bellas del mundo, tuvo también una etapa medieval previa al
renacimiento, me gustaría ir, en estas líneas, ahí y, lo que es más,
simplemente enfocarme en uno de los más importantes escritores del mundo y
ciertamente de la cultura italiana. No
quiero hacer ningún tipo se análisis literario en estas líneas sino compartir
el lugar de nacimiento, Florencia, de Dante Alighieri y mi propia experiencia.
Una pregunta constante que me hacen, en diversas
entrevistas, es sobre mis libros favoritos.
Honestamente, y siempre lo digo, es muy difícil para mí decir este o
estos son mis libros favoritos. Contesto
con cuidado, con la mayor sinceridad posible, y expreso que hay autores y
títulos a los que regreso frecuentemente, y agrego que, la mayor parte del
tiempo, depende de lo que esté trabajando.
Ciertamente La Divina Comedia
por Dante Alighieri es uno de esos títulos que cautivaron mi imaginación de
niña y a los que regreso con frecuencia.
Lo tuve en mis manos como un regalo especial de mi padre en una edición de
dos tomos con grabados de Gustave Doré.
Los grabados me fascinaron y poco a poco fui leyendo esa obra “Dantesca”. Mi primera lectura fue motivada, más por las
imágenes que por otra cosa, entendí, poco de la obra, y no lo quiero justificar
diciendo que era tan sólo una niña de nueve años. Recuerdo de esa primera lectura, un Infierno,
un Purgatorio y luego un Paraíso con una mujer llamada Beatriz que acompañaba a
Dante, precisamente, en el Paraíso.
Había, también, un hombre, un poeta, llamado Virgilio, que en las
ilustraciones llevaba una corona hecha de hojas de laurel, quien fue guía de
Dante en el Infierno y Purgatorio. A
pesar de mi corto entendimiento, algo se quedó grabado y las impresiones de las
imágenes en mi mente, se encargaron de despertar mi imaginación.
Años más tarde, llegó la segunda lectura de La Divina Comedia. Era parte de las
lecturas obligadas que tuve que hacer en la preparatoria en México. Esta vez tenía que comprender, sino por lo
menos memorizar, los datos más representativos de la obra porque un examen
estaba programado sobre la lectura. No
recuerdo más, lo que sí recuerdo es que volví a esos dos tomos en color vino
que mi padre me obsequió con las bellas ilustraciones por Gustave Doré.
Hoy no quiero resumir ni, mucho menos, analizar La Divina Comedia, lo que sí quiero es
compartir algunas fotos de Florencia, donde Dante Alighieri nació. Fotos de su casa, que fue reconstruida, la
pequeña iglesia donde iba y donde Beatriz iba cada mañana, el amor platónico de
Dante. En esta pequeña iglesia es donde,
supuestamente, Beatriz está sepultada.
También quiero compartir un poema, que escribí mientras estaba en
Mantova y caminaba con tres poetas en sus calles empedradas. ¿Por qué Mantova? Mantova en Lombardía es
otra gran ciudad literaria. Está a unos
kilómetros de Andes, el lugar donde Virgilio nació, sí el poeta que guía a
Dante en La Divina Comedia. Virgilio, como mencioné, es otro de los más
grandes poetas del mundo y también es uno de los personajes de Dante en La Divina Comedia. ¿Olvidé mencionar que
Virgilio y Dante Alighiere nunca se conocieron? Efectivamente, vivieron siglos
y contextos aparte.
En mi poema, los poetas a quienes menciono son Beppe
Costa, Stefania Battistela y Stefano Lori, quien junto con su esposa, Carla
Villagrossi, me recibieron en su casa durante el International Poetry Festival
Virgilio 2015. Ojalá y les guste.
A continuación las fotos de la casa de Dante Alighieri en Florencia,
Toscana.
El poema, con una traducción al italiano por Beppe Costa. ¡Viva Dante
Alighieri, Virgilio y, por supuesto, la poesía!
Áurea luz en los muros
Por Xánath Caraza
¿Cuántas veces puedo escribir un poema en la tierra de
Virgilio?
Deambular por las calles junto a los poetasBeppe y Stefania a mi izquierda
descubren una efímera nube en el crepúsculo
Stefano nos guía entre las calles empedradas
en lugar de Virgilio
Al caer la noche, luna mora en el cielo de Mantova
estrellas titilantes
las sombras anaranjadas nos engañan, nos embelesan
¿Cuántas veces puedo escribir un poema frente a
la torre del Zuccaro?
Virgilio te siento en la atmósfera
en el dulce aire que respiro
camino tus calles empedradas en silencio
recorro tus pasos bajo los arcos de las plazas
en los gruesos muros de barro
en las flores de jazmín donde has dejado tu esencia
Virgilio quiero que tomes mi mano y me guíes en este
mi camino, mi infierno, mi purgatorio y mi paraíso
en este andar, de papel y de tinta, sin luz y sin tiempo
Divinidad poética
sé mi guía
Tradotta da Beppe Costa
Passeggiare su strade insieme a poeti
Beppe e Stefania alla mia sinistra
scoprire una effimera nube passeggera al crepuscolo
ci guida Stefano tra strade acciottolate
invece di Virgilio
Al calar della notte, luna Mora sul cielo di Mantova
fra scintillanti stelle
ombre di colore arancione ingannano e affascinano
Quante volte potrò scrivere una poesia di fronte
alla Torre degli Zuccaro?
Virgilio ti sento nell'atmosfera
nell’aria fresca che respiro
cammino in silenzio nelle tue strade acciottolate
percorro i tuoi passi sotto gli archi delle piazze
nelle pareti spesse di creta
nei fiori di gelsomino dov’è rimasta la tua essenza
Virgilio ti chiedo di prendermi per mano e riportarmi qui
nella mia strada, nel mio inferno, nel mio purgatorio e paradiso
in questo cammino, di carta e inchiostro, senza luce né tempo
Divinità Poetica
mia guida
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